Convivimos con ellos a diario, mientras que algunos son molestos y ruidosos, otros ni siquiera hacen notar su presencia. Son pequeños (6 milímetros en promedio), cuerpo delgado con machas blancas (escamas) en algunas especies, tienen un par alas, ojos grandes, seis patas alargadas y delgadas, suelen trasladarse rápidamente de un lugar a otro, son ágiles y de apariencia inofensiva, pero en realidad son tan peligrosos que podrían provocar la muerte.
Se trata de dípteros, un orden de insectos cuyo nombre deriva del griego di= doble y pteron= alas, dos alas, y pese al estimado de más de un millón de especies existentes, actualmente solo se han descrito cerca de 160 mil especies en el mundo. Dentro de esta clasificación se incluyen mosquitos, tábanos, moscas, mosca negra (simúlidos), flebotominos y tipúlidos. Los tipúlidos son los moscos grandes y patudos incriminados erróneamente en la transmisión de enfermedades; los tábanos son las moscas que transmiten el nematodo filárico, Loa Loa; los simulidos son pequeños insectos vectores de helmintos parásitos como Onchocerca volvulus responsable de la enfermedad ceguera de los ríos; flebotominos o moscas de arena, inmersas en la transmisión de leishmaniasis y; los mosquitos, implicados en la transmisión de virus que provocan enfermedades como Chikungunya, Zika, Dengue, fiebre amarilla, fiebre de Mayaro o parásitos causantes de malaria o paludismo. Los mosquitos son los más temibles en Baja California.
Joaquín Zúñiga, Medico Epidemiólogo, Coordinador del Área de Vigilancia Epidemiológica, Jurisdicción Sanitaria No. 2, señala que los moscos sí son un problema en la región, principalmente las especies que pertenecen a los géneros Aedes y Culex, vectores de enfermedades, están circulando. No obstante, para que ocurra la transmisión de la enfermedad se requiere de una persona infectada, dado que, los mosquitos no llevan la enfermedad de forma natural. Es decir, un mosquito hembra que pica a un humano o animal infectado puede adquirir un virus junto con la sangre que succiona, el virus se reproduce en el interior del insecto y eso podría ocasionar que en la siguiente alimentación se transmita el virus a otros mamíferos, incluyendo el ser humano.
Sin embargo, pese a su presencia en la región y que suelen proliferar en época de calor, el sector salud de la región no tiene registro de víctimas confirmadas con alguna de estas temibles enfermedades, que consisten desde fiebre alta, fuerte dolor de cabeza, ojos, articulaciones y músculos, erupción en la piel, hasta evitar que la medula ósea produzca plaquetas ocasionando hemorragias, inflamación de cerebro, afectaciones en el sistema nervioso, fatiga, náusea, vómitos, inflamación de ganglios linfáticos o en casos críticos hasta la muerte, según sea el caso.
El médico Joaquín Zúñiga, menciona que el sistema de salud se guía por la definición “operacionales” esto quiere decir que tengan signos o síntomas compatibles con algunas de las enfermedades mencionadas y, en la región se han detectado cinco casos de Dengue, y veintidós de paludismo, y por ser casos sospechosos o compatibles fueron analizados detalladamente y finalmente fueron descartados. Cabe mencionar que fueron personas que venían de fuera, con estancias en sitios de África y en México en los estados de Oaxaca, Michoacán y Guerrero. Sin embargo, el riesgo de transmisión persiste por la constante detección de casos de enfermedades transmitidas por vector en los estados de Baja California Sur y Sonora en México y California en Estados Unidos.
El Departamento de Salud Pública de California, desde el 2016, reporta un promedio anual de 228 casos de zika, 40 casos de chikungunya, y 146 casos de dengue. En 2018 aproximadamente 68 casos de Zika, 27 casos de chikungunya, y 107 casos de dengue.
¿Entonces, a qué se atribuyen las diferencias en número de casos, si en todos los lugares existen controles de vigilancia? Esto es aún desconocido, pero su causa podría explicarse por múltiples factores involucrados. Ante el amenazador panorama, el sistema de vigilancia entomológica del estado de Baja California, implementa acciones de control vectorial trimestrales tal como se indica en el programa, manteniendo registros de viviendas con mosquitos por debajo del 8%.
En ocasiones nos preguntamos ¿Qué atrae a los mosquitos? ¿Por qué hay personas que parecieran ser presa fácil? En respuesta a esto, son los mosquitos hembra los que se alimentan de sangre para fines reproductivos y lo interesante es que son peri domiciliarios, es decir, prefieren estar alrededor de las casas, en los criaderos ocasionales como el agua estancada producto del riego de plantas, por la lluvia, o en recipientes de almacenamiento de agua. Durante la búsqueda de alimento (sangre), los mosquitos son atraídos por el olor, en mayor proporción por el dióxido de carbono que emitimos en la respiración (exhalación), seguido del ácido láctico presente en respiración y sudor, y compuestos químicos producidos por microorganismos presentes en la piel. Algunas personas son preferidas porque emanan mayor cantidad de estos olores de manera normal, por dieta o por ejercicio físico.
Si los mosquitos son atraídos por el olor de las personas y somos frontera ¿Acaso es la raza uno de los factores responsables de esta preferencia? Habría que cuestionar en California, quienes son esas víctimas y sin han viajado en los últimos meses.
Se ha descrito ampliamente que las altas temperaturas y la humedad favorecen la reproducción de mosquitos vectores.
El Dr. Oscar Mikery, entomólogo de Grupo Molecular con interés en dípteros de importancia médica, menciona que en algunos casos la transmisión ocurre por accidente, es decir, porque las personas invaden los hábitats de estos insectos, siendo quizás la causa histórica de las enfermedades transmitidas por vector. La amplia distribución de los vectores y su acelerada dispersión ha sido promovida por la creciente globalización y en consecuencia por cambios rápidos en los perfiles climáticos de las últimas tres décadas.
La condición fronteriza del estado de Baja California, el constante tránsito de personas provenientes de diversos estados de México, así como de países Centroamericanos donde las enfermedades transmitidas por mosquitos son endémicas y la presencia del vector, la posicionan como zona de riesgo que debe estar sujeta a constante vigilancia entomológica, de por lo menos una vez al mes, y sistemas de alerta temprana que permitan la localización y control de las poblaciones de mosquitos responsables de esas infecciones.