Visitemos nuestro Valle con responsabilidad; pero sí, visitémoslo

Baja California
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Este sábado anterior, previa reservación, mi esposa Carolina y yo, acudimos a un par de vinícolas en el Valle de Guadalupe, en buena medida para constatar cómo se vienen dando las cosas con la reactivación de ese destino turístico, luego de leer y escuchar mucho acerca de que no se estaban respetando los protocolos de seguridad e higiene, y que estaba saturado el Valle, prácticamente sin control. Pero contrario a lo que habíamos leído o escuchado, encontramos un Valle que nos necesita de regreso y en el que, al menos en los lugares que visitamos, ni están saturados y tampoco sin control.

Desde que te internas al Valle de Guadalupe, por la carretera federal número 3, te puedes dar cuenta que para ser sábado y en pleno Agosto, las cosas son muy, pero muy diferentes a cualquier otro año. Y es que basta con hacer conciencia de que este año no hay eventos de Vendimia, no hay el tradicional turismo nacional, primordialmente de México, Monterrey y Guadalajara, que año con año venía a pasar fines de semana o semanas completas en la Ruta del Vino, y el turismo norteamericano, es escaso, salvo nuestros paisanos que viven del otro lado, que sí se dejan ver un poco más.

Protocolos salud en el Valle

Es decir, el Valle de Guadalupe está dependiendo prácticamente de turismo local, y sí, sí se puede visitar, pero con responsabilidad y es importante que esto se sepa, pero también es muy importante que se haga cuidando que a los lugares que vayamos sean lugares en los que se siguen los protocolos de seguridad e higiene, que se guarde la sana distancia y que no permitan que se sobrepase el cupo permitido, por ahora del 30 por ciento. Recordemos que tan sólo en el Valle de Guadalupe, se estima que existen más de 100 casas vinícolas que ofrecen degustaciones y restaurante en muchos de los casos, así como una treintena de establecimientos de hospedaje, por lo que no es difícil deducir que de la actividad de este sector depende el empleo de miles de personas y el sustento de muchas familias.

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En primer término visitamos la vinícola Baron Balché, en donde están atendiendo a los visitantes con todos los protocolos, te recibe el personal con su cubre bocas, te toman la temperatura y te aplican gel antibacterial. El restaurante con mesas mayormente separadas, cuenta con menús de un solo uso y ofrece las tradicionales y exquisitas entradas del lugar y por estar en una especie de terraza, aunque al nivel del suelo, permite el flujo del aire, este fin de semana un tanto caliente, pero aminorando los riesgos de contagio.

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Me dio gusto ver una nueva actividad que no conocía de este sitio, que es un recorrido guiado en un carrito jalado por un tractor, en tanto que además, de este sitio, está saliendo un tour en helicóptero que se antoja tomar un día de estos. La visita a Barón Balché la amenizamos con un refrescante Clarete 2017, un vino rosado, semi dulce, de extraordinario sabor en boca, 60% Tempranillo, 30% Grenache y 10% St. Emilion. Igualmente degustamos unos camarones en “aguachile”, la tabla de quesos y una riquísima ensalada verde con uvas.

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Más tarde visitamos Casta de Vinos, en donde además de tomarnos la temperatura, aplicarnos el gel antibacterial, al recibirnos nos colocaron el oxímetro en el dedo indice, mismo que marcó casi un 95 de oxigenación, lo cual es saludable. Igualmente las mesas muy separadas, menú descargable con el celular, sin aglomeraciones ni filas, el lugar atiende todos los protocolos establecidos por las autoridades de salud con motivo de la pandemia y más allá. Ahí tuvimos la oportunidad de degustar un tinto de nombre Casta Negra, exquisita combinación de Nebbiolo y Petite Syrah, así como un muy bien logrado Tempranillo-Syrah de nombre Ganzo Negro.

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Entrada la tarde, nos deleitamos con una sabrosa pizza a la leña, una ensalada aderezada con una vinagreta original del lugar, a base de aceite de olivo, especies y limón, en tanto que de postre nos comimos una empanada, con miel de agave y queso azul. La atención en ambos lugares fue muy buena, los protocolos seguidos estrictamente, así que desde mi punto de vista, es seguro visitar el Valle de Guadalupe, teniendo conciencia que somos nosotros mismos los que debemos cuidarnos y ser responsables de nuestro propio actuar, yendo a lugares en donde se cumplan estos lineamientos y respetarlos nosotros mismos en todo momento.

 

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Para finalizar, es importante que las autoridades no olviden que el Valle de Guadalupe es una de las rutas turísticas más reconocidas de nuestro país; la carretera de El Sauzal hasta casi llegando a San Antonio de las Minas, luce descuidada, con mucha tierra y algo de basura, en una parte no hay delimitación de carriles. No por estar en tiempos de pandemia, quiere decir que se puede dejar de dar mantenimiento y limpiar estos accesos a nuestra Ruta del Vino, así que Ojo!…

 Fotos: Cortesía y Propias